miércoles, 17 de septiembre de 2008

Nosografía de las disfunciones sexuales.

La respuesta sexua no es un todo, al contrario de lo que podríamos pensar al observar la reacción de los sujetos a las estimulaciones eróticas. La eyaculación no sigue forzosamente a la erección, que la erección total no precede forzosamente a laerección , que la ereción total no precede siempreo a la eyaculacióln, que la lubricación vaginal no es la antesala del orgasmo necesariamente, de la misma manera que éste nosigue obligatoriamente a los fenómenos congestivos vaginales.
En relación con la actividad sexual, el cuerpo humano experimeta una serie e reacciones en los órganos genitales y en otras partes del cuerpo que se acompañan de unas sensaciones de placer. La respuesta sexual, además de no ser un todo, presenta variabilidad entre la mujer y el hombre, que básicamente reside en componentes de carácter culural y educativo, sin descartar la influencia orgánica de las diferencias anatómicas y hormonales entre ambos. Estar informado adecuadamente de éstas particularidades en el seno de la relación de pareja, y de las relaciones sexuales en general, favorece encuentros sexuales satisfactorios.
Sin embargo la respuesta sexual de los seres humanos se puede analizar en diferentes fases.
Un primer nivel de respuesta corresponde al deseo , que incluye fantasías o pensamientos sobre distintos aspectos relacionados con la sexualida (caricias, juegos eróticos, encuentros sexuales), así como la apetencia o disposición a involucrarse en activiades de carácter sexual. La activación del deseo se puede detonar por las cosas más sencillas, como ver a una pareja besándose en el parqeu o escuchar una melodía determinada.
Un segundo nivel de respuestas correspondería a la excitación. El cuerpo, al recibir un grado de estimulación adecuado responde generando determinados cambios fisiológicos. En la mujer se produce un vasocongestión en su zona genital con lubricación vaginal, los pechos aumentan de tamaño y se endurecen, el clítorís aumenta su grosor, la vagina se alarga como consecuencia de que el útero se desplaza ligeramente hacia arriba. En el hombre, por su parete, la reacción vasomotora produce produce la afluencia de sangre en los cuerpos cavernosos y, consecuentemente se produce la erección.
Una tercera fase se conoce como de meseta, cuya característica principal es que la tensión sexual llega al máximo, en el hombre la erección es total con elevación de los testículos dentro del escroto y una gran tensión muscular generalizada; en la mujer continua la contungencia de los pechos, el clítores se retrae y se desarrolla la "plataforma orgásmica", que consiste en la constriccion del tercio externo de la vagina. En la piel de las personas se agudiza el enrojecimiento y se agita la respiración.
Cuando se alcanza un determinado nivel de excitación sexual surge el orgasmo, que es la liberación de la tesión acumulada. Durante esta fase, en la mujer, la plataforma orgásmica experimenta contracciones rítmicas, no siempre percibidas como tales por la mujer, el cuerpo se pone rígido, la espalda se arquea, los músculos se tensan y las manos y pies se encogen. En el hombre el orgasmo se concentra en el pene, la próstata y las vesículas seminales, se produce contración de los testículos y las vesículas seminales, para seguidamente producirse la eyaculación , debido a las contracciones espasmóticas que se dan en la uretra y el pene. Estos cambios fisiológicos en ambos se acompañan de una intensa sensación de placer, que se percibe durante breves segundos.
Una vez finalizado el orgasmo tendrá lugar la fase de resolución, en la que el organismo liberado de la tensión sexual, se relaja, desvaneciéndose los cambios fisiológicos. Cuando la experiencia ha sido placentera se tendrá una sensación de bienestar general y lasitud. Si se han vivido niveles de excitación sexual elevados, la mujer, aún puede seguir siendo estimulada o estimulándose hasta alcanzar nuevos orgasmos; por el contrario, el hombre entrará en un período refractario en el que no puede volver a ser estimulado.
Esta concepcion en fases de la respuesta sexual ha permitido eleborar una nosología más precisa de las disfunciones sexuales, que ha promovido el desarrollo específico de terapias para las alteraciones disfuncionales en cada fase.
En la fase de deseo las disfunciones sexuales más habituales, tanto para el hombre como para l mujer, es el deseo sexual hipoactivo, caracterizado por ausencia de deseo, inapetencia y desgana. La persona no experimenta ninguna sensación cuando se la estimula sexualmente. Suele estar muy entroncado con problemas de tipo histérico y con ansiedad anticipatoria.
las disfunciones sexuales de la fase de excitación se relacionan con los trastornos de la erección, en el varón, y trastornos de la excitación sexual en la mujer, caracterizado por pobre lubricación vaginal, y el vaginismo, definito como un espasmo involuntario de la musculatura del tercio exterior de la vagina, que se produce ante cualquier intento de penetración.
Las disfunciones eyaculatorias son los trastornos característicos y más frecuentes en la fase del orgasmo, en el hombre se produce eyaculación precoz, tardía o no eyaculación. en la mujer lo más común es la anorgasmia.